La mente muchas veces se ve atravesada por relampagos intuitivos que le llevan a descubrir con una clarividencia un tanto brutal lo que se esconde tras una cuestión determinada. A veces tal cosa no se expresa. Pero otras veces sí, y por ende de esa cuestión, uno se convierte en una anomalía, en un disidente, en alguien politicamente incorrecto. La expresión de la propia identidad no está exenta de conflictividades. No siempre lo que se piensa es bien recibido por los demás. Y normalmente lo que sale trasquilado en ese proceso es el propio narcisismo o el de los demás. O directamente el de todos. ¿Es malo ser un disidente o politicamente incorrecto? A esto en parte de trato de responder aquí y a la vez trato de charlar sobre muchas cosas no conectadas necesariamente. Es un simple ejercicio de pensamiento en acto. Y ademas aprovecho para publicar un cronicón realizado hace años y siempre ha conseguido arrancarme una sonrisa.